Estos días, gracias a una recomendación de Javi Santana me compré este libro, que me hizo especialmente gracia porque cuando me fui por primera vez de Centraldereservas.com (por un motivo de cambio de lugar de residencia, ya que en aquel entonces lo del remoto no se llevaba mucho aun) me regalaron un Buzz con esa frase: Hasta el infinito y más allá!
En tan solo 3 años volví a la empresa, y aqui sigo 6 años más tarde je je!! Y justamente lo hice por el equipo y las cosas que hacíamos juntos, una de las cosas que más comenta el libro.
Reunir al equipo adecuado es el requisito necesario para tener las ideas correctas. Es fácil decir que quieres gente de talento y contratarla, pero la forma en que esa gente interactúa entre si es la auténtica clave.
Y eso es lo que más me gusta de mi trabajo y en lo que me consideró mejor: en construir el lugar necesario para que la gente con talento crezca y se desarrolle.
Edwin Catmull nos cuenta como descubrió esto con Toy Story 2. Habían dado una idea buena a un equipo, pensando que era fácil su desarrollo, pero no. El equipo, mediocre, la arruinó. En cambio si le das una historia mediocre a un equipo brillante, este la arreglará o la dejará de lado y saldrá con algo mejor.
Catmull nos cuenta la historia de su vida, de como de pequeño le inspiraron Einstein y Walt Disney, teniendo este segundo más importancia en su vida ya que cada semana veía un programa de televisión donde cada vez que había una avance tecnológico se comentaba uniendo asi arte y tecnología. Le encantaba ver como los animadores de Disney conseguían que los espectadores pensasen que los personajes eran seres racionales con emoción. Dado que no se le daba muy bien dibujar, se gradúo por la universidad de de Utah en 1969 en física e informática, conociendo después a Ovan Sutherland, una de los pioneros en gráficos por ordenador, quien le adentró en esa área.
Gracias al programa ARPA de los Estados Unidos, las universidades tenían dinero para financiar investigaciones, dando espacio para trabajar y acceso a los ordenadores, permitiendo investigar cualquier cosas que se les ocurriera y generando una comunidad que colaboraba y se apoyaba entre si, algo que Catmull quiso emular e Pixar. Para que te hagas una idea, compañeros de Catmull de esa época son Jin Clark, que fundaría Silicon Graphics, John Warnock, cofundador de Adobe o Alan Kay (programación orientada a objetos, creador de las interfaz gráficas…)
No hay nada como generar el clima apropiado para que surja el talento…
Otra de las cosas que más me alucinan del libro es que a los 26 años Ed tenía muy claro su objetivo en la vida: hacer animación no con un lápiz sino con un ordenador, y lograr que esas imágenes fueran tan atrayentes para ser usadas en películas. Alucino que siendo tan joven tenga algo tan claro, y tan lejano de conseguir (acordémonos de en que año estamos y lo que hacían los ordenadores por entonces).
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