Seguimos con los principios Lean UX ya que al adoptar este proceso, la cultura de la empresa debe ser la correcta para que se produzca el entorno perfecto para la innovación y la creación conjunta.
De la duda a la seguridad
El desarrollo de un producto digital es a menudo complejo e impredecible ya como hemos comentado el mercado está en constante cambio. Por ello Lean UX se basa en la idea de que todo es una hipótesis hasta que se valide.
Esta validación puede ser muy rápida o hacerse demasiado tarde. Por ello hay que eliminar el riesgo de malgasto de recursos en algo basado en una mala suposición, todo hay que validarlo. Continuamente el equipo se mueve de una posición de incertidumbre a una de conocimiento.
Resultados, no productos
Características y servicios son productos. Los objetivos que ellos quieren satisfacer son los resultados.
En Lean UX los equipos quieren crear un cambio medible y significante en el comportamiento del usuario. Es el equipo el que debe decidir como provocar ese cambio, qué aplicaciones, servicios… debe crear para ello.
Normalmente, hoy en día, sucede lo contrario. El equipo recibe un documento que le explica lo que tiene que realizar: x páginas, un filtro, un buscador… en vez de recibir el objetivo que se cree que es el deseado por el usuario.
Al partir de que todo es una hipótesis hasta que no se valide, es más fácil cambiar una característica por otra si probamos que no cumple el camino hacia el objetivo a conseguir.
Eliminar el desperdicio
Uno de los principios básicos de Lean Manufacturing es eliminar todo aquello que no lleva hacia el objetivo final. En Lean UX el objetivo final es el impacto en el comportamiento que se espera obtener, por lo que cualquier cosa que no contribuya a ello es desperdicio y debe ser eliminado.
Esto se hace porque dos motivos. Por un lado, los recursos suelen ser limitados. Cuanto más pueda ser eliminado, más rápido se moverá el proyecto hacia el resultado final.
Y el segundo motivo es que a nadie le gusta ver que si trabajo no se usa (a no ser que sea porque se ha validado y se ha visto que no es el camino correcto en cuyo caso si que ha tenido un uso).
Los equipos quieren trabajar en los retos correctos.
Queremos sentirnos efectivos. Ver que aportamos algo. Por ello si la empresa no valida cada poco tiempo, y el trabajo de varios meses o año acaba siendo no válido porque no cumple el objetivo, y debe ser realizado de nuevo, la moral del equipo desciende.
Entendimiento compartido
Esto sucede cuando todo el equipo conoce la misma información porque están trabajando de forma conjunta. Cuanto más entienda un equipo por qué están realizando algo, menos necesidad existe de debatir por qué se toma esa decisión y cómo resolver nuevos retos.
Esto lógicamente reduce tiempo de documentación, informes y reuniones para explicar el trabajo realizado y tomar nuevas decisiones.
No existen los gurús
Lean UX promueve una mentalidad de equipo. Las personas que crean sus opiniones o ideas mejores al resto, o no las comparten por miedo a no llevarse el mérito, no tienen cabida en el equipo.
Lean UX busca la colaboración y la cohesión.
Si no existe colaboración se pierde el entorno necesario para crear la cultura de entendimiento compartido, impidiendo el avance rápido.
Permiso para fallar
Para encontrar la mejor solución a un problema, los equipos deben experimentar con varias ideas, muchas de las cuales no serán válidas.
Si existe una cultura tolerante al fallo el equipo se sentirá más seguro para idear de forma conjunta cosas nuevas, lo cual conduce a la innovación. Si las personas tienen miedo de perder sus trabajos si algo va mal, no arriesgarán.
Es de la novedad que surge del riesgo donde proceden las mejores ideas.
Te dejo este vídeo de Derek Sivers titulado «Why you need to fail» (Por qué debes fallar).
Si quieres saber más sobre LEAN UX, te dejo aquí las 2 entradas donde explico los principios LEAN UX para guiar la organización de equipos y el proceso.